El color en las campañas políticas

El daltonismo es una alteración genética de la visión que dificulta la distinción entre tonos y colores, con una gran variedad de afectaciones y grados en la gente que lo padece. Se calcula que un 10 por ciento de la población mundial sufre tal dolencia y el 98 por ciento son hombres. Como diseñador siempre me ha llamado la atención saber cómo sería la visión daltónica de la publicidad y comunicación visual actual. Es muy probable que muchas intenciones y matices en el uso del color no logren el efecto deseado en una de cada diez personas.

La percepción del color en el ojo y su interpretación en el cerebro prevaleció en la evolución de los primates para atender dos necesidades: la búsqueda de alimento y la detección de peligros, ambas, funciones básicas para nuestra supervivencia. Esta mutación en nuestra historia nos puso morados al poder distinguir los frutos maduros y alertarnos de la presencia de depredadores o animales venenosos. Por su función en nuestro cerebro primitivo, queda claro que el color afecta nuestra cognición de un modo inconsciente, incontrolable y que suscita reacciones inmediatas.

¿Pero qué sucede cuando el color es un input en la toma de decisión de preferencia por un proyecto político? ¿Cómo percibimos los atributos de los partidos a través del color? ¿Cómo afecta éste a la percepción de la campaña y el candidato? ¿Influye realmente a la hora de tachar una marca en la boleta o seleccionar una u otra papeleta para introducirla en la urna?... Si bien son preguntas que le sacan los colores a cualquiera, ahondemos en algunos aspectos para dar claridad al tema.

Cartel comunista en las legislativas de EEUU de 1928.

Adaptación al panorama cromático

En política, existe una bipolaridad cromática generalizada entre el color rojo (izquierdas) y el azul (derechas). También se acostumbra el uso del amarillo en los partidos de corte liberal, el verde para formaciones ecologistas y el naranja, aunque con menos consistencia, en los democristianos. Cada país tiene sus particularidades históricas que pueden alterar esta tendencia y cambiar el terreno de juego. Haciendo uso del color hay que ubicar rápidamente al elector en un esquema ideológico y evitar que se quede en blanco.

Anomalías del espectro

Como vemos en la imagen siguiente, el espectro político occidental presenta ciertas anomalías. El cyan es un color muy poco usado en ambos lados del Atlántico por lo que sería una buena opción para distinguir un nuevo movimiento de derechas del resto si no presentara serios problemas para ser reproducido fielmente en soportes impresos. El rosa prácticamente no se ocupa en la política de Latinoamérica y su uso queda relegado a movimientos feministas o a favor de la lucha contra el cáncer de mama. Dentro del mismo espectro, en Europa se observa la proliferación de partidos de nueva creación, o bien, de partidos que han apostado por un rebranding arriesgado en los últimos años. El color negro es utilizado en general por movimientos anarquistas o fascistas, siendo una excepción el norte de Europa donde el negro se asocia a los partidos democristianos.

Colores de las marcas políticas y partidos de América y Europa

Gama cromática de las marcas políticas y partidos de América y Europa.

Si te saltas las reglas que sea con una intención estratégica. El Partido Popular español, formación de centroderecha, en el marco de las elecciones municipales de 2007, modificó su gama tradicional azul por una imagen totalmente naranja; en ese caso, aprovechando la repercusión mediática que había tenido anteriormente la Revolución Naranja de Víktor Yushchenko para impregnar la imagen de los candidatos municipales con aires de cambio, energía y juventud. Verdaderos príncipes azules.

Modulación del significado del color

Si bien el color puede mandar señales inmediatas al cerebro, hay una estrecha relación con el contexto que ajusta esta percepción. Por ejemplo, un mismo color en distintos objetos cotidianos puede inducirnos emociones dispares: la sangre nos asusta, un plato rojo nos dará apetito, o una manzana, sobretodo si te digo que la comió Eva, nos parecerá una tentación. Igualmente pasa con una marca del mismo color podría evocarnos significados de advertencia, proximidad o provocación y un sinfín de emociones más que llegan moduladas a través del color, la forma y el contexto. Tono y saturación son elementos del color que juegan un papel comunicativo importante y hay que elegir a conciencia.

Distínguete del resto

Otro uso importante del color a nivel comunicacional es el de distinguir tu publicidad de la competencia. Un buen análisis previo del esquema cromático-electoral de la elección puede ser un altavoz para tu mensaje. Se debe elegir una gama que te distinga y atienda un must comunicacional sin alejarte de tus valores como partido o candidato. Tomar riesgos controlables y testear su percepción en el público objetivo es prácticamente obligado para no pasar noches en blanco. La teoría del color ofrece infinidad de opciones para la combinación de éstos. Destaca sobre el resto atendiendo fielmente la estrategia.

Arriesgar es un paso necesario que no siempre te lleva a la innovación, sobre todo si no le sigue una buena ejecución. Considero que la imagen del gobierno capitalino tiene un componente arriesgado y moderno en la apropiación del color fucsia o rosa mexicano. A priori, alabé la decisión por valiente y funcional. Es un color tan distintivo y poco utilizado que se ha apropiado de espacios públicos, vehículos y dependencias en favor del Jefe Mancera. Hasta ahí todo bien, pero su parca ejecución gráfica desvirtúa cualquier buena decisión anterior. En este caso, lo único que salvaríamos sería la elección del color, el resto, bastante gris.
Marca CDMX

Marca del Gobierno de la Ciudad de México

Entonces, ¿cómo influir en el voto mediante el color? Sin ponerme rojo, diría que poco podemos incidir en aquellos que han reflexionado su opción de voto o tienen una preferencia ideológica definida. En cambio, suponiendo que no todo el mundo toma una decisión de forma razonada, sí podríamos influenciar una decisión impulsiva. Igual que sucede cuando llegamos al lineal del supermercado con antojo de refresco compraremos aquel producto que nos identifique en ese particular momento. El color, si logró diferenciarnos de los oponentes, marcará un anclaje directo con los ejes de una buena comunicación. Motivará una elección emocional por aquella opción que nos haya comunicado, de la forma más efectiva y convincente, una mejora en nuestro futuro. En cualquiera de los dos casos, un buen manejo del color habrá ayudado a destacar y hacer memorable nuestro mensaje.

Colores de las marcas políticas y partidos de América y Europa

Marcas políticas mexicanas vistas con daltonismo.

Hemos repasado una por una las características del color en las campañas políticas y su injerencia en la decisión del voto. Definitivamente es un elemento menospreciado por exceso de conservadurismo y tópicos erróneos sobre el color. Empezamos este artículo hablando de daltonismo y me gustaría terminar con una reflexión sobre esta afección que modifica la percepción en un 10 por ciento de la población. En la imagen superior podemos ver la visión daltónica (protanopia) de las marcas del panorama político mexicano. Si esta fuera la visión generalizada de las marcas, ¿crees que influiría en la elección de un movimiento que se perciba como "auténtico" en una decisión emocional? Para mí, sin duda, el color y sus matices son una clave aún desaprovechada en la comunicación gráfica que embellece la política.


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